Pero lo que más me gusta es ¡¡que todo esto lo pagues tu!!
Mi belleza y mi personalidad manipuladora y fuerte siempre me han permitido controlar a los hombres a mi antojo. La verdad es que es muy fácil. Eres muy simple, perrito patético.
Aunque no di el salto a la dominación financiera hasta que uno de mis mejores sumisos me suplicó ponerse a mis pies. Me tributaba religiosamente y además me enviaba todo tipo de regalos para hacerme la vida más fácil. Me convertí en el centro de su vida. En su Diosa.
Disfruto causando ese efecto en ti. Sentirme poderosa, adorada.
¿Quién soy? Todos tus sueños. Arrodíllate y sírveme.